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Olor a tristeza

Redactor: Darío Alcántara

Diez de la mañana, el cielo se encuentra nublado, las personas atolondradas, las calles sucias y el olor que la invade no solo se percibe, sino que se impregna en la ropa. El humo de los carros me hace doler la cabeza, añadido a esto, los gritos de las personas y los pitidos de los vehículos, me encuentro en el Centro de Lima, un lugar que debería ser cuidado por su longevidad, su valor patriótico e importancia cultural, irónicamente es uno de los más descuidados por la ciudadanía misma y sus autoridades.

- ¡Qué horror! detesto venir acá, siento que nos podría pasar algo malo, como salir lastimados o asaltados. Bueno, todo es por culpa de Cristian y su idea esta.
- Ya pues - exclamó Cristian
-Ya no te estes quejando, vas a ver que a estas personas les conviene hablar. Mira Mira..., ahí hay una viejita que da pena, a ella la podríamos usar para la entrevista

- ¿Seguro? solo está vendiendo paños de limpieza, no se ve interesante. Dijo Jesús, mientras barría con la mirada a la mujer. 

Cristian le preguntó a la mujer si quería ser entrevistada, pero esta se negó, no daba razón o motivo alguno porque no deseaba salir, pese a que le habíamos explicado, pero, qué podríamos hacer si no quería. Nos fuimos caminando por otros lados en donde se vieran a personas en condiciones problemáticas. 
...
Estuvimos caminando durante más de una hora, solo éramos nosotros tres, y no conseguimos que ninguno de estos sujetos nos dejara grabar sin ocasionar problema alguno ¿Realmente es necesario hacer todo esto? Podríamos hacer pasar a cualquier persona como si de un vendedor informal se tratase, al fin y al cabo, el profesor ni se daría cuenta; además, de que no es muy difícil. 
Sin embargo, al cabo de un rato pudimos encontrar a una anciana, ella se encontraba parada, sostenida de un cochecito de compras, era evidente que la mirada la tenía cansada, se veía totalmente apagada, y peor aún, el color de su ropa no la ayuda en nada, los grises y marrones la hacían ver con más edad, aparte de hacer resaltar las marcas que dejaron los años en su rostro. 

- Madre ¿Podemos grabarla un rato? Es para la universidad y sobre su labor diaria - Cristian procedió a explicarle el asunto, para lo que ella terminó asintiendo con la cabeza.

Ninguna de estas quería hablar, por lo que ni lento ni flojo lo asumí yo. Al momento de estar indagando sobre su vida, pude ver la triste que la envolvía, el sentir que transmitía y la intranquilidad que la asechaba, el acercamiento con estas personas me daba más preguntas que respuesta en el cómo mejorar la situación, ello en tanto estos comerciantes y las autoridades. 
Si bien dan un mal aspecto a la ciudad, dejan sucio el lugar y mucho de ellos suelen ocasionar problemas, son seres humanos, buscan la subsistencia de su ser, hacerle frente a la situación que tiene por todos los medios que se les presente. Ello es muy admirable, la fuerza, voluntad y deseo de superación, pero, no es justificante su informalidad; sin embargo, el mismo gobierno al no tener un plan eficaz de ayuda o reubicación.

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